domingo, 3 de septiembre de 2017

Statement

Nos interesa abordar el cuerpo desde las convenciones y posibilidades que ejecuta en toda su amplitud, reflexionar sobre el uso de los objetos, el espacio y el tiempo en relación al cuerpo. Pensando el cuerpo como copiador, que sigue las órdenes y el movimiento de un otro, reprimiendo las dinámicas y los juegos espontáneos, con todo su contenido inconsciente. Los usos y costumbres reinantes, la imitación, de lo ya hecho, es representante del miedo de lo que se sale de las reglas, a lo pulsional y al propio cuerpo cargado de erotismo. Una adaptación forzada a los requerimientos de una vida en sociedad que castiga y margina a todo pensamiento o vivencia que ponga en tela de juicio a lo convencional y aceptado. Y a la vez las posibilidades del cuerpo como una unidad que puede ocupar un tiempo y un espacio únicos y el deseo de poder superar esas limitaciones.
Nos gustaría crear un mundo donde el cuerpo humano este despojado de ciertos aprendizajes como por ejemplo, caminar en dirección hacia adelante, y la vez poder tener libertad de estar en tiempos y espacios diferentes, lo que implicaría no ser una sola unidad. De esta manera podríamos resignificar el concepto de tiempo como avanzar hacia adelante y pensarlo en otras direcciones, de tal manera que podamos replantear el concepto de finitud.
Pensar la finitud significa en principio pensar la vida humana desde su límite, pero a la vez, éste se manifiesta como la única posibilidad de ser. La finitud es la condición de posibilidad que define la existencia del ser humano, ya que en el límite busca aquello que lo trasciende. La ciencia, el arte, la religión, la cultura son las formas de respuestas creadoras de un ser que, reconociendo su finitud, la trasciende.
El hombre quiere vivir y por eso se pone a trabajar para retrasar lo inevitable, el tiempo no es sólo amenaza sino también distancia y retraso de la muerte. En contra de la inseguridad fundamental de la existencia, permanentemente expuesta la muerte, el hombre ha creado los elementos y las estructuras de una inmensa civilización.
Sin lugar a dudas, la expresión más radical de la finitud humana es la muerte, porque nos damos cuenta de que no somos dueños del tiempo y que no todas las posibilidades son realizables. En su obra “Ser y tiempo”, Heidegger afirma que ser hombre es ser un ser-para-la-muerte. Esto quiere decir que desde el comienzo la vida esta signada por la muerte. No es algo que sobreviene de afuera sino que pertenece a la raíz misma de la existencia. La muerte entendida como fin no significa principalmente final, como el término de un camino o el final de algo. Fin más bien como aquello que realiza y cumple. A tal punto que la vida humana entendida como proyecto  no tendría tal sentido sin la muerte. Esto no significa desconocer la angustia ante la muerte ni el dolor por la muerte de quienes amamos, pero sí significa atreverse a pensarla como acontecimiento propio de la existencia humana.

Que no se culpe a nadie, Julio Cortázar
Resumen
 El hombre tiene prisa porque tiene que ir a encontrarse con su esposa para comprar un regalo de bodas. Se pone el pulóver azul, pero no encuentra la manera de ponerse las mangas; además, está desorientado porque su cara está aprisionada en el pulóver. Poco a poco, la impaciencia se vuelve angustia, a medida que la tela del pulóver lo deja sin aire y ya no sabe cómo ponérselo ni quitárselo. Después, cuando logra en un momento sacar la mano de su pulóver azul, observa que su mano cambia y se encuentra con un aspecto extraño: la mano trataba de matarlo. Al final de la historia, se enrolla en su pulóver y cae desde el piso doce.
De este cuento nos llama la atención varias cosas, lo primero el hecho de luchar contra una convención de algo tan cotidiano como es vestirse. Después la dicotomía que el mismo cuerpo genera ante la cuestión de ser lo se debería y lo que se quiere.
“La tradición popular identifica la mano derecha con lo racional y la mano izquierda con los aspectos irracionales o instintivos de la psique”

La mano derecha representa una parte de su ser, de su personalidad, de su vida, que se ha sometido a los convencionalismos, a “lo que debe ser” y se ha alejado de lo que él instintivamente es como persona. Su mano izquierda, los “aspectos instintivos de la psique”, aún están bajo control pero el tipo se ahoga con esa parte que ha perdido y que hace de su vida algo que no desea.


SURREALISMO

Movimiento artístico y literario que surgió en Francia después de la Primera Guerra Mundial y que se inspira en las teorías psicoanalíticas para intentar reflejar el funcionamiento del subconsciente, dejando de lado cualquier tipo de control racional.
Pensamos en el surrealismo como referencia de despojo de todo lo racional, lo conocido y por lo tanto lo convencional, lo traemos en referencia más como concepto. Pero no necesariamente en cuanto a lo visual.
El mundo creado que nos proponemos, estaría asociada a la realidad un poco en los espacios y figuras humanas y disociándose más de esta en las acciones y temporalidad.                                       
 
         Vivian Maier
 Johannes Gumpp



 Proyecto 

La idea es basarnos en un personaje que viva realidades consientes y naturalizadas. Que habite en distintos tiempos y espacios a la vez y que sea natural. El objetivo es ver que ocurriría si tuviéramos esa libertad, si fuese esa nuestra realidad, si sería mejor o peor, que pasaría con nuestros pensamientos viviendo distintas vidas al mismo tiempo. Si el cuerpo ya no tuviera esas limitaciones como transcurriría su vida, que objetivos o metas tendría, como avanzaría hacia ese límite que es la finitud.
Lo pensamos como un planteamiento de una realidad totalmente distinta, pero al ser naturalizada no cuestionada por el/los personajes sino referirnos a sus pensamientos e inquietudes. Para ser más precisos no sería un conflicto para el personaje en puesta en escena.



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